este relato tambien es de finales de 2007 o como muy tarde del 1º semestre del 2008. Debido a que perdí la 2º parte con el final he tenido que escribirlo de nuevo sin saber muy bien como terminaba el original
Faustino era un sabio, un sabio moderno, vivía en un palacete a las afueras del Madrid de finales del XVIII. Lo consideraban el mayor de los ilustrados, ese movimiento cultural e intelectual que en esta época alcanzaba su máximo alcance con personas como Jovellanos, Feijoo, Cadalso o Goya.
Pero de todos estos grandes pensadores Faustino era el más reputado, inteligente y culto. En su palacete almacenaba decenas de cientos de miles de libros, tantos que ni le cabían. Sus habitaciones, incluida la cocina y el baño, estaban a rebosar de librerías con libros apretados entre si y las baldas, y todos los que no cabían apilados en el suelo en pilas que asemejaban a la famosa torre de babel. Todo ello perfectamente ordenado en materias y orden alfabéticos
Faustino tenía ya una considerable edad. Y gracias a dedicar toda su vida al estudio poseía un conocimiento único en materias tan distintas como medicina, filosofía, física, religión, geometría o astronomía. Todo ello le convirtió en el sabio más reputado de toda la ciudad, quizá del país. Por ello acudían vecinos pidiendo su acertado consejo en materias como la salud, por lo que te recetaba una cataplasma de hierbas, o en materia de agricultura, por lo que te aconsejaba una regadera…
Era un hombre muy piadoso de Dios. No cometía excesos ni pecados, solamente leia, estudiaba y aprendía, apenas salía de casa. Excepto los domingos, que iba a misa como buen cristiano apostólico románico practicante
Faustino tenía la manía de ir a una iglesia muy pequeñita entre 2 grandes edificios en una callejuela estrecha cerca de la calle Arenal, tenía todo lo que quería: tranquilidad, caras conocidas, cercanía…
Pero ese domingo fue especial, se encontraba a la puerta de la vieja iglesia, hablando con el lujurioso señor cura sobre teología y sobre la correcta interpretación de determinados pasajes bíblicos mientras saludaba a los parroquianos. Este domingo es especial pues una vecina amablemente le presento a su nieta
El tiempo se paró indescriptiblemente. Faustino veía como todos aprecian estatuas inertes al paso del tiempo, pero el solo podía ver a aquella muchacha joven, tan bella y jovial, sonriente, amable, dulce… a Faustino se le paro el mundo, también su corazón, pues no podía dejar de mirar a la chica, sentía algo dentro el que estaba cambiando, unas fuerzas vigorosas en su pecho mientras su cabeza se quedaba sin pensamientos por primera vez en su vida
Lo que nadie le dijo es que mientras veía a la mujer de sus sueños en un tiempo muerto todo iba a cambiar, porque como todo el mundo sabe después de que se apre el tiempo se recupera muy rápidamente
Así que rápidamente vio a la chica girarse y entrar en la iglesia, mientras su corazón se paraba y caía fulminado en los escalones a la entrada al recinto santo, un fuerte infarto le arrebató la vida a los pocos segundos de enamorarse por primera vez en su vida
A principios del siglo XXI todo ha cambiado desde aquel Madrid al actual, pocas cosas han sobrevivido al paso del tiempo con todo lo que ello conlleva
La pequeña iglesia continua, pero ahora está sucia y cochambrosa, encajada entre 2 grandes bloques de pisos que la hacen aun más pequeña, la descuidada iglesia parece que se va a caer un día de estos y de noche da un impacto mayor ya que dicen que está encantada
En los escalones de entrada hay un periodista con un programa de radio y televisión. Su única preocupación es frenar la caída del cabello que le hace una frente mayor.
Va cargado con una cámara de televisión. Mira su reloj y ve que aun es de día. Decide irse al bar más cercano.
Piensa en la estupidez de su programa, dedicado a fenómenos paranormales, y en como toma el pelo (el que empieza a echar en falta sobre su cabeza) a su fiel audiencia, pues se inventa todo lo que en él se cuenta. Esta noche solo espera a que el lugar sea lo suficientemente tétrico para sacar unas tomas, luego retocarlas con el ordenador y ponerlas en su programa, la historia de la iglesia encantada tiene tirón
Cuando han pasado muchas horas y la cuenta en bebidas alcohólicas supera las 3 cifras paga y se dirige a la iglesia, toma una serie de planos, se pasea, un último pitillo y sube los escalones de entrada
En cuanto entra por la puerta oye un chirrido que no pertenece a esta, pues el sonido proviene de un anciano sentado en un banco, atado con cadenas y ropa andrajosa por el paso del tiempo, todo de blanco, así como el pelo y la piel muy pálida. El hombre se acerca al anciano
-¿Qué hace aquí a estas horas, buen hombre?
-pensar
-¿pensar?
-si
-¿Qué hace encadenado?
-llevo las cadenas que me forjé en vida
-¿cómo?
- no haciendo nada
-no lo entiendo
-es simple, cuando mueres vas al purgatorio, donde te purifican, y si has tenido un
comportamiento ejemplar vas al cielo, si el comportamiento es incívico vas al infierno. Yo no puedo entrar al purgatorio porque no tengo nada que purgar, y por lo tanto, no voy ni al cielo ni al infierno. Luego parece ser, según mis conclusiones, que ni vivo ni muero
-¿entonces qué hace?
-nada ¿Qué puedo hacer si no?
-pero sigo sin entenderlo del todo, dice usted que no hace nada pero sin embargo está sentado en un banco rezando
-no, hijo, hace mucho que deje de creer, aunque nunca se deja de creer completamente como todos saben. Morí aquí, y si el orden natural de las leyes físicas se aplicaría estaría enterrado en una iglesia, puesto que debajo de las pesadas losas no hay nada prefiero quedarme aquí. Podría decirse que este lugar es mi tumba, pues busco el descanso y consuelo que no encuentro pese a que creí encontrarlo en vida
-habla de forma muy confusa
-¿está usted casado? ¿Tiene hijos? ¿Le gusta su trabajo?
-como todo el mundo, pero no lo entiendo
-déjeme aquí, buscando paz, y vaya con ellos, disfrute de su trabajo y de su ocio, ame con locura a su esposa, y enseñe bien a sus hijos. Eso es la vida, y eso le hará mejor persona. En cambio yo, soy todo lo contrario, si no quiere acabar como yo, hágame caso, es un sabio consejo
-empiezo a pensar que usted está loco…
El “intrépido reportero” se frotaba las manos con la historia que tenía en ellas, el famoso fantasma era un viejo chocho contando batallitas de la mili, no iba muy en línea con su programa, pero podía ser divertido así que siguió escuchando al anciano
-Au Contraire, nunca he estado tan cuerdo como ahora. Creía que los libros, el conocimiento en general, me ayudaría a saberlo todo, pero hay algo que no te enseñan: vivir
Es sencillo, hay que vivir, queramos o no, pues viviendo se construye la vida, se cambia, se mejora aunque no siempre nos lo parezca porque no siempre es así. El problema es saberlo, saber vivir, el cómo, pues no siempre es fácil. Nadie dijo que fuera fácil. Solo necesitamos que se nos presente el camino a escoger, o en su defecto, un vistazo al futuro que nos indique que hacer y qué no hacer
El saber no da la felicidad, cierto es que facilita la vida, pero amar, eso es lo mejor, siempre y cuando sea correspondió, cuando no se es demasiado tarde, y cuando ella no te odie por algo que no sabes. Dime ¿eres capaz de imaginar una vida sin amar? Yo en cambio soy un patético desgraciado condenado a vivir eternamente para recrearme en mi patetismo mientras me auto compadezco. Todo por no saber vivir
Me pasaba los días leyendo sobre la vida, sé de memoria todos los procesos biológicos desde la concepción hasta la muerte y post-mortem. Ahora me paso los días mirando por la ventana como viven los demás, viéndolos, analizándolos, estudiándolos… pero no podre ponerlo en la práctica jamás. No supe lo que es vivir, ni lo sé, ni lo sabré nunca
El supuesto periodista dejo al infeliz sabio en sus lamentos, sin escuchar el final. Final que sin duda es lo mejor y más interesante, donde radica el súmmum de todo, pero ni él ni nosotros lo conocemos, por lo que se ha perdido probablemente para siempre. Sin embargo si sabemos que el periodista nada más salir de la pequeña y olvidada iglesia saco la cinta de video y la tiro a la basura creyendo que había grabado algo que era más mierda que todos los capítulos de un programa de prensa rosa. Dicen que si te atreves puedes pasar una noche con el desdichado Faustino hablando de cualquier tema y aprendiendo mucho, es un fantasma muy considerado y se alegra de tener algo de compañía, alguien con quien compartir experiencias y temas de conversación. Por ello te lo agradecerá profundamente, pero ni aun así conseguirá descubrir qué es la vida, qué es vivir, puesto que se siente triste y solo, abandonado durante toda la eternidad
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