Go With the Flow
alain johannes,josh homme,mark lanegan & nick oliveri
She said 'I'll throw myself away,
They're just photos after all'
I can't make you hang around.
I can't wash you off my skin.
Outside the frame, is what we're leaving out
You won't remember anyway
I can go with the flow
But don't say it doesn't matter anymore
I can go with the flow
Do you believe it in your head?
It's so safe to play along
Little soldiers in a row
Falling in and out of love
With something sweet to throw away.
But I want something good to die for
To make it beautiful to live.
I want a new mistake, lose is more than hesitate.
Do you believe it in your head?
I can go with the flow
But don't say it doesn't matter anymore
I can go with the flow
Do you believe it in your head?
lunes, marzo 31, 2008
Go With The Flow - Queens Of The Stone Age
viernes, marzo 28, 2008
Y Van 2
me encontraba esta mañana en uno de mis continuos monologos interiores cuando me vino la absurda duda de que cancion pongo este domingo, que no se para que me pregunto porque al final siempre lo improviso en el momento, y pensando en el blog y en como terminar marzo caigo en la cuenta, se me ha pasado
si, compeltamente ido de este mundo, ultimamente vivo mas acelerado que nunca y hasta hoy no he caido (y ni siquiera se como), y es que el pasado dia 18 se hicieron 2 años que empezo el blog
jueves, marzo 27, 2008
Interrogantes de la vida: el infierno desde la ciencia
Pregunta: ¿Es el Infierno exotérmico (desprende calor) o endotérmico (lo
absorbe)?
La mayoría escribió sobre la Ley de Boyle 'el gas se enfría cuando se expande y se calienta cuando se comprime'.
EL estudiante escribió lo siguiente:
'En primer lugar, necesitamos saber en qué medida la masa total del Infierno
varía con el tiempo. Para ello hemos de saber a qué ritmo entran las almas
en el Infierno y a qué ritmo salen. Tengo sin embargo entendido que, una vez
dentro del Infierno, las almas ya no salen de él. Por lo tanto, no se
producen salidas. En cuanto a cuántas almas entran, veamos lo que dicen las
diferentes religiones: la mayoría de ellas declaran que si no perteneces a
ellas, irás al Infierno. Dado que hay más de una religión que así se expresa
y dado que la gente no pertenece a más de una, podemos concluir que todas
las almas van al Infierno. Con las tasas de nacimientos y muertes
existentes, podemos deducir que el número de almas en el Infierno crece de
forma exponencial. Veamos ahora cómo varía el volumen del Infierno: según la
Ley de Boyle, para que la temperatura y la presión del Infierno se mantengan
estables, el volumen debe expandirse en proporción a
la entrada de almas. Hay dos posibilidades:
1.. Si el Infierno se expande a una velocidad menor que la de entrada de
almas, la temperatura y la presión en el Infierno se incrementarán hasta que
éste se desintegre.
2. Si el Infierno se expande a una velocidad mayor que la de la entrada de
almas, la temperatura y la presión disminuirán hasta que el Infierno se
congele.
¿Qué posibilidad es la verdadera? Si aceptamos lo que me dijo Ana en mi
primer año de carrera ('hará frío en el Infierno antes de que me acueste
contigo'), y teniendo en cuenta que me acosté con ella ayer noche, la
posibilidad número 2 es la verdadera y por tanto daremos como cierto que el
Infierno es exotérmico y que ya está congelado. El corolario de esta teoría
es que, dado que el Infierno ya está congelado, ya no acepta más almas y
está, por tanto, extinguido; dejando al Cielo como única prueba De la
existencia de un ser divino, lo que explica por qué, anoche, Ana no paraba
de gritar '¡Oh, Dios mío!'
fue el único que sacó sobresaliente. y bien merecido
miércoles, marzo 26, 2008
lunes, marzo 24, 2008
Los Males de nuestro tiempo (unos de tantos)
Patente de corso, por Arturo Pérez-Reverte .
Eres joven y guipuzcoano, según deduzco por tu carta y el remite. Escribes como lector reciente de la última aventura de nuestro amigo Alatriste, contándome que es el primer libro de la serie que cae en tus manos. Te ha gustado mucho, dices, excepto el hecho «poco riguroso» y «poco creíble» de que una galera española estuviera tripulada por soldados vizcaínos que combatían al grito de Cierra, España; en referencia a la Caridad Negra, que en los últimos capítulos combate a los turcos, en las bocas de Escanderlu, llevando a bordo a la compañía del capitán Machín de Gorostiola. Y añades, joven amigo –lo de joven es importante–, que eso no disminuye tu entusiasmo por la historia que has leído; pero que el episodio de los vizcaínos te chirría, pues parece forzado. «Metido con calzador –son tus palabras– para demostrar que los vascos (y no los vascongados, don Arturo) estábamos perfectamente integrados en las fuerzas armadas españolas, lo que no era del todo cierto.»
Son las siete últimas palabras del párrafo anterior las que me hacen, hoy, escribir sobre esto; la triste certeza de que realmente crees en lo que dices. Te gusta la novela, pero lamentas que el autor haga trampas con la Historia real; la auténtica Historia que –eso no lo cuentas, pero se deduce– te enseñaron en el colegio. Así que, con buena voluntad y con el deseo de que yo no cometa errores en futuras entregas, me corriges. Debería, a cambio, escribirte una carta con mi versión del asunto. El problema es que nunca contesto el correo. No tengo tiempo, y lo siento. Esta página, sin embargo, no es mala solución. La lee gente, y así quizá evite otras cartas como la tuya. De paso, extiendo mi respuesta a la cuadrilla de embusteros y sinvergüenzas de los sucesivos ministerios de Educación, de la consejería autonómica correspondiente, de los colegios o de donde sea, que son los verdaderos culpables de que a los diecisiete años, honrado lector, tengas –si me permites una expresión clásica– la picha histórica hecha un lío.
Machín de Gorostiola es un personaje ficticio, como su compañía de infantería vizcaína. En efecto. Pero uno y otros deben mucho al capitán Machín de Munguía y a los soldados de su compañía, «la mayor parte vascongados», que, según una relación del siglo XVI conservada en el Museo Naval de Madrid, pelearon como fieras durante todo un día contra tres galeras turcas, en La Prevesa. En cuanto a lo de Cierra, España, ni es consigna franquista ni del Capitán Trueno. Quien conoce los textos de la época sabe que, durante siglos, ése fue usual grito de ataque de la infantería española –en su tiempo la más fiel, sufrida y temible de Europa–, que en gran número, además de soldados castellanos y de otras regiones, estaba formada por vizcaínos; pues así, vizcaínos, solía llamarse entonces a los vascos en general, «a veces cortos de razones pero siempre largos de bolsa y espada». Y guste o no a quien manipuló tus libros escolares, amigo mío, con sus nombres están hechas las viejas relaciones militares, de Flandes a Berbería, de las Indias a la costa turca. Los oprimidos vascos fuisteis –extraño síndrome de Estocolmo, el vuestro– protagonistas de todas las empresas españolas por tierra y mar desde el siglo XV en adelante. Ése fue, entre otros muchos, el caso de los capitanes de galeras Iñigo de Urquiza, Juan Lezcano y Felipe Martínez de Echevarría, del almirante Antonio de Oquendo, su padre y su hijo Miguel, o de tantos otros embarcados en las galeras del Mediterráneo o en la empresa de Inglaterra. Las relaciones de Ibarra, Bentivoglio, Benavides, Villalobos o Coloma sobre las guerras del Palatinado y Flandes, los asedios, los asaltos con el agua por la cintura, las matanzas y las hazañas, las victorias y las derrotas, hasta Rocroi y más allá incluso, están salpicadas de tales apellidos, sin olvidar las guerras de Italia: en Pavía, por ejemplo, un rey francés fue capturado por un humilde soldado de Hernani, en el curso de una acción sostenida por tenaces arcabuceros vascos. Y te doy mi palabra de honor de que aquel día todos gritaron, hasta enronquecer, Cierra, España: voz que, en realidad, no tenía significado ideológico alguno. Sólo era un modo de animarse unos a otros –eran tiempos duros– diciéndole al enemigo de entonces, fuera el que fuera: Cuidado, que ataca España.
Así que ya ves, amigo mío. No inventé nada. El único invento es el negocio perverso de quienes te niegan y escamotean la verdadera Historia: la de tu patria vasca –«La gente más antigua, noble y limpia de toda España», escribía en 1606 el malagueño Bernardo de Alderete– y la de la otra, la grande y vieja. La común. La tuya y la mía
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aqui hay otro mas
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Cuadrilla de golfos apandadores, unos y otros. Refraneros casticistas analfabetos de la derecha. Demagogos iletrados de la izquierda. Presidente de este Gobierno. Ex presidente del otro. Jefe de la patética oposición. Secretarios generales de partidos nacionales o de partidos autonómicos. Ministros y ex ministros –aquí matizaré ministros y ministras– de Educación y Cultura. Consejeros varios. Etcétera. No quiero que acabe el mes sin mentaros –el tuteo es deliberado– a la madre. Y me refiero a la madre de todos cuantos habéis tenido en vuestras manos infames la enseñanza pública en los últimos veinte o treinta años. De cuantos hacéis posible que este autocomplaciente país de mierda sea un país de más mierda todavía. De vosotros, torpes irresponsables, que extirpasteis de las aulas el latín, el griego, la Historia, la Literatura, la Geografía, el análisis inteligente, la capacidad de leer y por tanto de comprender el mundo, ciencias incluidas. De quienes, por incompetencia y desvergüenza, sois culpables de que España figure entre los países más incultos de Europa, nuestros jóvenes carezcan de comprensión lectora, los colegios privados se distancien cada vez más de los públicos en calidad de enseñanza, y los alumnos estén por debajo de la media en todas las materias evaluadas.
Pero lo peor no es eso. Lo que me hace hervir la sangre es vuestra arrogante impunidad, vuestra ausencia de autocrítica y vuestra cateta contumacia. Aquí, como de costumbre, nadie asume la culpa de nada. Hace menos de un mes, al publicarse los desoladores datos del informe Pisa 2006, a los meapilas del Pepé les faltó tiempo para echar la culpa de todo a la Logse de Maravall y Solana –que, es cierto, deberían ser ahorcados tras un juicio de Nuremberg cultural–, pasando por alto que durante dos legislaturas, o sea, ocho años de posterior gobierno, el amigo Ansar y sus secuaces se estuvieron tocando literalmente la flor en materia de Educación, destrozando la enseñanza pública en beneficio de la privada y permitiendo, a cambio de pasteleo electoral, que cada cacique de pueblo hiciera su negocio en diecisiete sistemas educativos distintos, ajenos unos a otros, con efectos devastadores en el País Vasco y Cataluña. Y en cuanto al Pesoe que ahora nos conduce a la Arcadia feliz, ahí están las reacciones oficiales, con una consejera de Educación de la Junta de Andalucía, por ejemplo, que tras veinte años de gobierno ininterrumpido en su feudo, donde la cultura roza el subdesarrollo, tiene la desfachatez de cargarle el muerto al «retraso histórico». O una ministra de Educación, la señora Cabrera, capaz de afirmar impávida que los datos están fuera de contexto, que los alumnos españoles funcionan de maravilla, que «el sistema educativo español no sólo lo hace bien, sino que lo hace muy bien» y que éste no ha fracasado porque «es capaz de responder a los retos que tiene la sociedad», entre ellos el de que «los jóvenes tienen su propio lenguaje: el chat y el sms». Con dos cojones.
Pero lo mejor ha sido lo tuyo, presidente –recuérdame que te lo comente la próxima vez que vayas a hacerte una foto a la Real Academia Española–. Deslumbrante, lo juro, eso de que «lo que más determina la educación de cada generación es la educación de sus padres», aunque tampoco estuvo mal lo de «hemos tenido muchas generaciones en España con un bajo rendimiento educativo, fruto del país que tenemos». Dicho de otro modo, lumbrera: que después de dos mil años de Hispania grecorromana, de Quintiliano a Miguel Delibes pasando por Cervantes, Quevedo, Galdós, Clarín o Machado, la gente buena, la culta, la preparada, la que por fin va a sacar a España del hoyo, vendrá en los próximos años, al fin, gracias a futuros padres felizmente formados por tus ministros y ministras, tus Loes, tus educaciones para la ciudadanía, tu género y génera, tus pedagogos cantamañanas, tu falta de autoridad en las aulas, tu igualitarismo escolar en la mediocridad y falta de incentivo al esfuerzo, tus universitarios apáticos y tus alumnos de cuatro suspensos y tira p’alante. Pues la culpa de que ahora la cosa ande chunga, la causa de tanto disparate, descoordinación, confusión y agrafía, no la tenéis los políticos culturalmente planos. Niet. La tiene el bajo rendimiento educativo de Ortega y Gasset, Unamuno, Cajal, Menéndez Pidal, Manuel Seco, Julián Marías o Gregorio Salvador, o el de la gente que estudió bajo el franquismo: Juan Marsé, Muñoz Molina, Carmen Iglesias, José Manuel Sánchez Ron, Ignacio Bosque, Margarita Salas, Luis Mateo Díez, Álvaro Pombo, Francisco Rico y algunos otros analfabetos, padres o no, entre los que generacionalmente me incluyo.
Qué miedo me dais algunos, rediós. En serio. Cuánto más peligro tiene un imbécil que un malvado.
Arturo Pérez-Reverte
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PATENTE DE CORSO
por Arturo PerezReverte 9 Febrero 2003
LA MOCHILA Y EL CURRÍCULUM
Llueve a ratos, y Madrid está frío y desapacible. Pasan paraguas al otro lado del escaparate de la librería de mi amigo Antonio Méndez, el librero de la calle Mayor. Estamos allí de charla, fumando un pitillo rodeados de libros mientras Alberto, el empleado flaco, alto y tranquilo, que no había leído una novela mía en su vida ni piensa hacerlo - "ni falta que me hace", suele gruñirme el cabrón - ordena las últimas novedades.
En esas entra un chico joven con una mochila a la espalda, y se queda un poco aparte, el aire tímido, esperando a que Antonio y yo hagamos una pausa en la conversación. Al fin, en voz muy baja, le pregunta a Antonio si puede dejarle un currículum. Claro, responde el librero. Déjamelo. Y entonces el chico saca de la mochila un mazo de folios, cada uno con su foto de carnet grapada, y le entrega uno.
Muchas gracias, murmura con la misma timidez de antes. Si alguna vez tiene trabajo para mí, empieza a decir. Luego se calla. Sonríe un poco, lo mete todo de nuevo en la mochila y sale a la calle, bajo la lluvia.
Antonio me mira, grave. Vienen por docenas, dice. Chicos y chicas jóvenes. Cada uno con su currículum y no puedes imaginarte con qué nivel. Licenciados en esto y aquello, cursos en el extranjero, idiomas. Y ya ves. Hay que joderse. Le cojo el folio de la mano.
Fulano de tal, nacido en 1976. Licenciado en Historia, cursos de esto y lo otro en París y en Italia. Tres idiomas. Lugares, empresas, fechas. Cuento hasta siete trabajos basura, de esos de tres o seis meses y luego a la calle. Miro la foto de carnet: un apunte de sonrisa, mirada confiada, tal vez de esperanza. Luego echo un vistazo al otro lado del escaparate, pero el joven ha desaparecido ya entre los paraguas, bajo la lluvia. Estará, supongo, entrando en otras tiendas, en otras librerías o en donde sea, sacando su conmovedor currículum de la mochila. Le devuelvo el papel a Antonio que se encoge de hombros, impotente, y lo guarda en un cajón. Él mismo tuvo que despedir hace poco a un empleado, incapaz de pagar dos sueldos tal y como está el patio. Antes de que cierre el cajón, alcanzo a ver más fotos de carnet grapadas a folios: chicos y chicas jóvenes con la misma mirada y la misma sonrisa a punto de borrárseles de la boca. España va bien y todo eso, me digo. La puta España.
De pronto la tristeza se me desliza dentro como gotas frías, y el día se vuelve más desapacible y gris. Qué estamos haciendo con ellos, maldita sea. Con estos chicos. Antonio me mira y enciende otro cigarrillo. Sé que piensa lo mismo. En qué estamos convirtiendo a todos esos jóvenes de la mochila, que tras la ilusión de unos estudios y una carrera, tras los sueños y el esfuerzo, se ven recorriendo la calle repartiendo currículums en los que dejan los últimos restos de esperanza. Licenciados en Historia o en lo que sea, ocho años de EGB, cinco de formación profesional, cursos, sacrificios personales y familiares para aprender idiomas en academias que quiebran y te dejan tirado tras pagar la matrícula. Indefensión, trampas, ratoneras sin salida, empresarios sin escrúpulos que te exprimen antes de devolverte a la calle, políticos que miran hacia otro lado o lo adornan de bonito, sindicatos con más demagogia y apoltronamiento que vergüenza. Trabajos basura, desempleos basura, currículums basura. Y cuando el milagro se produce, es con la exigencia de que estés dispuesto a todo: puta de taller, puta de empresa, boca cerrada para sobrevivir hasta que te echen; y si tienes buen culo, a ser posible, dejar que el jefe te lo sobe. Aún así, chaval, chavala, tienes que dar las gracias por los cambios de turno arbitrarios, los fines de semana trabajados, las seiscientas horas extras al año de las que sólo ochenta figuran como tales en la nómina. Y si encima luego pretendes mantener una familia y pagar un piso, date con un canto en los dientes de que no te sodomicen gratis.
Flexibilidad laboral, lo llaman. Y gracias a la flexibilidad de los cojones se han generado, dice el portavoz gubernamental de turno, tropecientos mil empleos más, y somos luz y faro de Europa. Guau.
Gracias a eso, también, un chaval de veintipocos años puede disfrutar de la excitante experiencia de conocer ocho empleos de chichinabo en tres o cuatro años, y al cabo verse en la calle con la mochila, buscándose la vida bajo la lluvia. Partiendo una y otra vez de cero. Flexibilidad laboral. Rediós.
Cuánto eufemismo y cuánta mierda. A ver qué pasa cuando, de tanto flexionarlo, se rompa el tinglado y se vaya todo al carajo, y en vez de curriculums lo que ese chico lleve en la mochila sean cócteles molotov.
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tambien puede completarse con 2 post salidos de los comentarios, por parte de Gloria, uno y el otro
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ni que decir tiene, que si habeis sido capaces de leer todo esto, merece que cada uno lo piense bastante, y es que este mundo es un asco, pero tenemos que pensar como arreglarlo
A Face In The Crowd - Tom Petty
A Face in the Crowd
Lynne / Petty
Before all of this ever went down
In another place, another town,
You were just a face in the crowd
Out in t he street walking around
A face in the crowd
Out of a dream, out of the sky
Into my heart, into my life
And you were just a face in the crowd
Out in the street, thinking out loud
A face in the crowd
Touch Me - The Doors
Touch Me
The Doors
Come on, come on, come on, come on now.
Touch me, babe,
Can't you see that I am not afraid,
What was that promise that you made,
Why won't you tell me what she said.
What was that promise that she made.
Now, I'm gonna love you till the heavens stops the rain,
I'm gonna love you till the stars fall from the sky,
For you and I.
Come on, come on, come on, come on now.
Touch me, babe
Can't you see that I am not afraid,
What was that promise that you made,
Why won't you tell me what she said,
What was that promise that she made.
I'm gonna love you till the heavens stop the rain,
I'm gonna love you till the stars fall from the sky,
For you and I.
I'm gonna love you till the heavens stop the rain
I'm gonna love you till the stars fall from the sky,
For you and I
martes, marzo 11, 2008
Layla (Unplugged) - Eric Clapton
Layla
Eric Clapton and Jim Gordon
What'll you do when you get lonely
And nobody's waiting by your side?
You've been running and hiding much too long.
You know it's just your foolish pride.
Layla, you've got me on my knees.
Layla, I'm begging, darling please.
Layla, darling won't you ease my worried mind.
I tried to give you consolation
When your old man had let you down.
Like a fool, I fell in love with you,
Turned my whole world upside down.
Chorus
Let's make the best of the situation
Before I finally go insane.
Please don't say we'll never find a way
And tell me all my love's in vain.
Chorus
Chorus
domingo, marzo 02, 2008
Across the Universe - Rufus Wainwright
Across The Universe
Lennon/McCartney
Words are flowing out like endless rain into a paper cup,
They slither while they pass, they slip away across the universe
Pools of sorrow, waves of joy are drifting through my open mind,
Possessing and caressing me.
Jai guru de va om
Nothing's gonna change my world,
Nothing's gonna change my world.
Images of broken light which dance before me like a million eyes,
That call me on and on across the universe,
Thoughts meander like a restless wind inside a letter box they
Tumble blindly as they make their way
Across the universe
Jai guru de va om
Nothing's gonna change my world,
Nothing's gonna change my world.
Sounds of laughter shades of earth are ringing
Through my open views inviting and inciting me
Limitless undying love which shines around me like a
million suns, it calls me on and on
Across the universe
Jai guru de va om
Nothing's gonna change my world,
Nothing's gonna change my world.